Tekniset

Plásticos biodegradables ¿Se desintegran sin más?

Cuando hablamos de biodegradabilidad nos referimos a la capacidad de descomposición de algo, el proceso de biodegradabilidad de un material es su capacidad para descomponerse en un periodo de tiempo determinado. Se trata de un proceso, ya que los materiales u objetos cambiarán su estructura a nivel físico y químico, hasta que solo queden los elementos que los componen (como el carbono o el hidrógeno) los cuales regresan al medio ambiente.

¿Qué son los plásticos biodegradables?

Hay principalmente tres tipos de plástico dependiendo de su composición:

  1. Plásticos convencionales. Están fabricados a partir de materias primas no renovables, cómo el petróleo. No son biodegradables, es decir, no sirven de alimento a ningún ser vivo. Sólo se degradan con la radiación solar perdiendo resistencia y rompiéndose en partículas cada vez más pequeñas, sin cambiar su composición química. Cuando su diámetro es inferior a 5 mm., se denominan microplásticos.
  2. Plásticos convencionales con un “toque verde”. Son plásticos convencionales fabricados a partir de materias no renovables a los que se les añade algún aditivo que les ayuda a degradarse. Es cierto que una vez acabada su vida útil se rompen más fácilmente, aunque no hay evidencias científicas de que los microbios los consuman por completo.

Dentro de este grupo se encuentran los plásticos oxo-degradables, que se utilizan principalmente para bolsas (normalmente llevan el símbolo d2W). Son plásticos convencionales a los que se les añade el aditivo d2w que les ayuda a degradarse. Muchas de las bolsas que los supermercados denominan biodegradables son realmente de este tipo de plástico que proviene de materias primas no renovables y que seguramente acabarán convirtiéndose en microplásticos.

  1. Plásticos biodegradables. Fabricados a partir de materias primas renovables, como el maíz, la yuca, las patatas o el trigo. Estos plásticos se pueden biodegradar y, por lo tanto, transformarse en elementos químicos naturales y reintegrarse al ciclo natural de carbono.

¡Perfecto! Entonces, ¿Con este tipo de plásticos acabamos con los problemas de los plásticos convencionales pues proceden de fuentes naturales que la naturaleza puede reabsorber?

Los plásticos biodegradables pueden ser menos dañinos para el medio ambiente que los convencionales y el futuro de los plásticos puede ir por ahí, pero siguen planteando muchos problemas.

Por ejemplo, la ONU informó en el 2018, que cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico ¿Qué cantidad de terreno haría falta para cultivar los productos que se necesitarían para manufacturar ese plástico? ¿qué cantidad de agua y fertilizantes a base de petróleo serían necesarios?

Así mismo, el hecho de que procedan de fuentes renovables no significa que sean manufacturados con menos sustancias químicas dañinas, o que contengan menos aditivos preocupantes.

Además, el uso de plásticos etiquetados como biodegradable no trae el descenso ni de la cantidad de plástico que llega al océano, ni del riesgo de contaminación física y química en el medio ambiente marino. En el mar o en un río, estos plásticos rara vez o nunca van a encontrar las condiciones que requieren para biodegradarse y, si se hunden en el lecho anaeróbico, se conservarán durante siglos porque los microbios necesitan de oxígeno para desempeñar su tarea.

Y también, su reciclaje es complicado pues no se pueden mezclar con los plásticos convencionales, porque comprometen la calidad del producto final y se tiene que tirar todo el lote de plástico en el que han entrado. Así mismo, un dato relevante es que en el año 2018 la ONU anunció que solo el 9% del plástico utilizado en el mundo se recicla.

Como podemos ver aún no existe una solución sin daños colaterales, sin embargo, en Tekniset seguimos buscando soluciones y aportando nuestro granito de arena al aprovechamiento de residuos y mermas plásticas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *